MONCHO FERNÁNDEZ

Creo que es de las pocas veces que un comentario de este blog lleva el nombre de una persona. Y este va con dedicatoria. Moncho Fernández es un personaje, entrenador del club de baloncesto Los Barrios, que el pasado sábado acompañó a su equipo a Lugo porque se enfrentaba contra el Breogán. Fernández no dejó buen sabor de boca en su época de Lugo, porque tanto él como Moncho López llevaron al club de nuestros amores a descender de categoría, a pesar de contar con una buena plantilla. Yo creo que su labor dejó bastante que desear, entonces cada vez que Moncho Fernández llega a Lugo es objeto de una pitada por parte de los bajamos al pabellón. Es una forma de agradecerle su paso por el Breogán. Yo entiendo que uno se "caliente" en el banquillo, o escuchando lo que te cantan o te dicen a la oreja, pero nunca eso puede derivar en un corte de manga hacia la afición. Creo que este tipo de gestos de entrenadores, jugadores... deberían estar sancionados. Así no se da ejemplo ni a la afición ni a los cientos de niños que acuden a ver los partidos de baloncesto semana tras semana. Yo todavía no he visto a un árbitro dirigirse hacia el público cuando le llaman de todo menos bonito a levantar el dedo como hizo el otro día el personaje en cuestión. Hay dos tipos que cada vez que van a Lugo la tienen que montar de alguna forma, son Óscar Quintana y Moncho Fernández, que ya hace unos cuantos años cuando estaba en el Breogán nos dedicó un famoso beso a los miembros de la Peña Davis Forever. En esta vida lo primero que hay tener es educación y después hay que saber estar a las duras y a las maduras y estos dos personajes para mi no tienen ni una cosa ni la otra. Las canciones, los gritos, las críticas forman parte del espectáculo de cualquier deporte y como tal deben aceptarse. Yo soy de las que canto, grito, aplaudo y no silbo porque no sé, me pongo histérica y un largo etcétera, pero no represento a un club, me represento a mi misma, una aficionada de baloncesto que disfruta, sufre y padece con su equipo.