De Madrid todavía tengo que contar alguna cosa más. Las miles de personas que viajaron a la capital del reino a pasar el puente y que convirtieron el centro de la ciudad en un auténtico caos, no de coches sino de personas circulando de un lugar a otro para disfrutar de la variopinta oferta de estas fechas: mercado de Navidad en la Plaza Mayor, ferias de artesanía en muchos puntos... y sobre todo de la fantástica iluminación que todavía hace a Madrid más bonita de lo que es. Ya nos advirtió Carlos Arévalo que en varias plazas se han colocado árboles de Navidad ideados por conocidos diseñadores de moda. El de la Puerta del Sol es de Devota y Lomba... Los nueve millones de bombillas que iluminan Madrid lo hacen hasta una hora temprana, por eso de la llamada crisis. El sábado paseando por el Paseo del Prado, sin darnos cuenta de la festividad que se celebraba, aparecimos en la Carrera de San Jerónimo, casi a las puertas del Congreso, donde cientos de personas esperaban para ver sobre todo, porque así lo pudimos escuchar, a los Reyes y a los Príncipes... A mi no me dio tiempo de ver nada (tal y como se puede apreciar en la foto) pero la gente que estaba por allí comentaba emocionada los modelos que lucían la Reina y la Princesa de Asturias. Lo peor, que muchísimas calles estaban cerradas al tráfico rodado y peatonal, lo que complicaba mucho moverse por Madrid ese día.
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