NAUFRAGIOS

El buen tiempo acompaña y estos días Beni y yo, cuando una servidora no tiene piscina, aprovechamos para pasear por las inmediaciones del faro de Ribadeo. La semana pasada, creo recordar que fue el jueves, vimos como una señora y un joven se dirigían a un acantilado a depositar un ramo de flores. El chico bajó por la rocas casi hasta el nivel del mar. Una escena que nos puso los pelos como escarpias. Luego caimos en la cuenta, por el lugar en el que fueron depositadas las flores, que eran familiares de los fallecidos en el naufragio del Nuevo Amadorín ocurrido el 28 de mayo de 2007. El mar se cebó en los últimos años con la Mariña lucense, porque además del Nuevo Amadorín, en febrero de 2005 se hundía a 21 millas de la costa de Ribadeo el Siempre Casina. Un naufragio en el que perdían la vida 6 marineros, además de dos a los que el mar todavía no devolvió a sus familias y uno lograba sobrevivir a la tragedia. Y a mi me tocó cubrir el hundimiento de O Bahía ocurrido en la Costa da Morte en junio de 2004. Seis marineros muertos y cuatro desaparecidos. Todavía recuerdo la imagen del puerto de Corme, con el dolor y los llantos de las familias y el silencio de todos los que allí habíamos acudido a trabajar, a cubrir una información que nunca hubiésemos querido dar. Tuve ansiedad y era muy difícil contar en una crónica radiofónica lo que allí estaba pasando sin que se te resquebrajase la voz. Desde aquí hoy mi recuerdo a las gentes del mar, en una semana en la que Burela celebra sus fiestas patronales. La próxima los boniteros partirán para iniciar la costera del 2009.