TAXISTAS

Lo prometido es deuda y aquí va la historia con los taxistas de estos días en Madrid. Los hay de todo tipo: los que pasan de ti, y te llevan a donde les dices y punto; los hay con ganas de hablar y ser amables con el cliente, como un valenciano que pasa de vez en cuando por Malpica y que tiene un amigo que pasó este puente en un pueblo a 12 kilómetros de Foz, cuyo nombre no supo decirnos; también los hay de semblante serio que se alteran escuchando en la radio cosas como las dichas estos días por un individuo de nombre Tardá y que no voy a repetir porque me aburre mucho el temita; los hay bordes por naturaleza y que te echan la bronca porque coges un taxi para hacer un recorrido de un kilómetro y medio, más o menos... lo que no le expliqué al rancio en cuestión es que tenía mesa reservada y debía llegar a la hora pactada... y los hay que te cuentan sus experiencias sobre los clientes bordes con los que también se encuentran y que se creen que tienen que conocer todas las calles de Madrid por el mero hecho de ser taxistas. Recurro a una frase de este puente festivo hay gente "pa tó" en todas partes. Yo me quedo con los amables y honrados, que también los hay. En Galicia los tenemos igual de variopintos, tanto en Lugo como en A Coruña que son las ciudades que más conozco. Un día me subí a un taxi en Lugo y no hizo falta decirle a donde iba y en A Coruña había uno que me reconoció por mi trabajo en la radio y con el que compartí interesantes tertulias algunas mañanas de invierno rumbo al trabajo.