SITIOS PARA NO VOLVER, DE MOMENTO

Lo prometido en las redes sociales es deuda y aquí estamos para explicar algunos de los "rebotes" que nos hemos pillado en las últimas semanas con la gastronomía en Lugo. Cuando disfrutamos de un restaurante y/o de una comida lo comentamos, y cuando se produce la situación contraria,también; porque lo contrario sería injusto y no se puede ni se debe meter a todos los locales hosteleros de Lugo en el mismo cajón. Afortunadamente estas críticas se dan pocas veces. En Lugo llevan casi dos semanas con el concurso de tapas y entonces, como estas cosas nos encantan, allá nos fuimos tanto el primer fin de semana como el segundo. Fue breve pero intenso el paso por algunos locales. Las tapas que probamos, bien, sin más. Fueron: Taberna Daniel, Curmáns y Campos. No hubo tiempo para más, pero hacía años que no comía tan mal como en el Curmáns. Un sólo camarero, que hacía lo que podía y que no daba abasto para atender la barra, la terraza y el comedor. La tapa estaba normal, pero la cena fue terrible: el pulpo a la plancha duro, los calamares fritos regular y el lacón asado con pimentón por encima y aceite para ocultar, quizás, que llevaba varios días hecho. Y la siguiente experiencia que merece una reseña lamentable fue en la Casa da Auga, donde a pesar de estar el comedor medio vacío, esperamos sentados casi una hora para que nos sirviesen una cena, que requería poca elaboración: jamón de Huelva, cecina, una tosta y un secreto de cerdo, que de eso tenía poco. Fue el secreto más espantoso que me comí en mi vida, es más me atravería a decir que era carne de vaca y no de cerdo. A pesar de la espera y de la lentitud lo peor fue el engaño de ese plato y que el camarero/propietario se escudaba en que la cocina era pequeña y no da abasto con las tapas y con las cenas. La lectura positiva que hay que sacar de todo esto es que un fallo lo tiene cualquiera, pero no se puede estar a todo si no se tiene capacidad en un establecimiento, sea del tipo que sea. O no des cenas o no participes en el tapeo. Hacer lo contrario es quedar mal, tal y como nos ocurrió en esos dos establecimientos, y con los tiempos que corren no estamos para cometer muchos errores. Como no se puede tirar la piedra, cuando te enfadas, y esconder la mano, cuando todo pasó... he aquí la explicación que debía a los que me preguntasteis por lo ocurrido.